La Gallup y la desinformación electoral

Las encuestas están dando mucho de que hablar. Hoy en día, cada vez se pierde la confianza en las encuestas. Al parecer más importante es un «clic» o los números, que las personas. Hay que analizar que tan real sean los datos o si es una «cortina de humo» que sirve para evitar que la gente vea lo relevante y lograr la manipulación o «lavar cerebros».

Hay que destacar que el presidente Hipólito Mejía dijo en una contienda electoral, sobre las encuestas, y precisamente contra el actual presidente Luis Abinader, que no creía en Luis Abinader y que las encuestas «ponen los números que les daba la gana». El propio Hipólito Mejía, al parecer está en lo que entiende en una revancha y recientemente manifestó que si hacen trampas, pues, a él le hicieron lo mismo unos años atrás.

Para ser más claros, según afirmó el investigador y comunicador Aneudy Santos, hubo una orden del Palacio sobre la encuesta que recientemente iba a salir, al parecer, «hasta lo demasiado Dios lo ve». Los que inventaron los datos de la encuesta, fábula, juego de números o recolección de datos, pues hasta ellos (según el periodista) dijeron que no podían poner al presidente por encima de Bukele con más de un 80 por ciento.

Al parecer, la mayoría de la oposición no capitaliza eso y el oficialismo va suavizando la crónica de un matadero electoral y muchos de la «oposición» están ciegos, sordos y mudos.

Debemos plantearnos si ellos están pendientes a la gente o lo que piensan de ellos y la política, o si piensan más en los números. Llama la atención la gran cantidad de abstención y la actitud de las personas.

Hemos visto encuestas en vivo, donde sitúan a la tercera fuerza y considerable, es votar por ninguno; sin embargo, ellos manifiestan en sus escritos, que la mayoría dice la economía «va por mal camino», igual la seguridad y el costo de la vida y luego dicen que de cada 10 dominicanos, 6 están con el oficialismo.

Mientras consideren que sus estratagemas puedan influir en los resultados de las elecciones, políticos y asesores se las seguirán ingeniando para crear o comprar encuestas sin rigor metodológico o incluso, inventadas para mostrar los números que les convienen. Lamentable, en este país no hay normas, ni regulaciones, ni leyes que cumplir para publicar una encuesta, tampoco consecuencias.

Ellos, como dijo Hipólito, «ponen los números que les da la gana». Al final, la sociedad y democracia se ve afectada; pero, no solo eso, agárrense bien, ya que días atrás, Mejía dijo que esperen la encuesta con más de un 60, o sea, al parecer: ¡ya sabía los resultados de antemano!

Lo paradójico es que estamos en la peor crisis, me atrevería a decir que de la historia dominicana del siglo XXI, y donde solo Bukele ha podido reelegirse en América. Galopante criminalidad, crisis haitiana, cambio climático; pocas obras relevantes inauguradas; descontento social; endeudamiento extremo; problemas de soberanía; galopante corrupción y la mayoría de lo prometido no fue cumplido.

Lo más graves es, que según nuestras investigaciones, la Gallup no es internacional, sino, que es autónoma y pertenece en su totalidad y responsabilidad a administradores dominicanos. Este fenómeno de las encuestas falsas entendemos ocurre por falta de leyes, complicidad vergonzosa de muchos de la oposición que no están haciendo oposición y porque los políticos tienen la convicción que lo que muestran los estudios de opinión pública incide luego en el voto.

Las encuestadoras hacen parte del juego sucio y luego la agenda mediática se encargan del resto. Esperamos no estén estas elecciones sumergidas en el fango del fraude electoral y desde ya, afinan sus tambores para el remate en el matadero electoral. Lo que ellos no dicen, es que según una encuesta, más del 60 % de los consultados dijo que no confía “nada” o «muy poco» en las encuestas hechas en nuestro país.

En pocas palabras, la encuesta Gallup es una mentira:

Porque lo publicado no refleja el porcentaje de los indecisos.

Porque excluye los partidos minoritarios que están cogiendo mucha fuerza y evitarían se vayan en una primera vuelta.

Porque excluyen la diáspora que supera los más de 800 mil dominicanos.

Las encuestas en las Municipales arrojaron una diferencia entre la oposición y el oficialismo de poco más de 400 mil votos. El PRM obtuvo 1 millón 747 mil 822 votos; PLD 786 mil 785 votos, y FP 520 mil 352 votos.

Porque la Dirección Ejecutiva del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) convocó en la interna a más de 3 millones de los que podían votar y solo fueron 1,026,047 y de estos, el presidente sacó menos de 900 mil votos y una gran abstención. Tan bajo en los resultados que la mayoría de medios ponían que ganó con el 90% y no con los 821.998, y eso con todos los recursos.

Porque nadie o pocas personas dicen que encuestadores de Gallup le han preguntado.

Porque uno de los métodos que utilizan es «metodología de llamadas a teléfonos celulares».

Porque si cada ciudadano hace una encuesta en su barrio, sector o pueblo, verá que juegan a la percepción y no a la realidad. Si colocan una cámara y graban en vivo verán que están mintiendo.

Porque la Gallup perdió credibilidad cuando recomendó al oficialismo como pueden mejorar.

Porque en el oficialismo no tienen capacidad de realizar una gran concentración en cualquier ciudad o país. La gente no cree en ellos y ellos se han concentrado en lo virtual, números, medios o encuestas.

Porque el presidente de Gallup en República Dominicana, Rafael Acevedo, confirmó lo que todos sospechamos, dijo que existían datos en la encuesta Gallup que se prestan a confusión.







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